viernes, 20 de marzo de 2009

Sinestesia geométrica

Conocí una vez a un niño un tanto extraño que creía ver jirafas en las nubes y caballos trotando en los charcos que limpian las calles los días lluviosos. Su madre le pellizcaba las orejas cada vez que estiraba el cuello apuntando los ojos hacia el cielo para ver aquellas jirafas blancas y amorfas. ’’No hay jirafas en el cielo, ¿no ves que no tienen alas?’’ le decía. Él estaba convencido de que eso no era cierto como tampoco era verdad lo que su madre decía sobre los charcos: ‘’No son caballos, eres tú, tu reflejo que aprecias borroso en el agua. ’’ Por culpa de los razonamientos de su madre, el niño extraño llegó a pensar que él era un caballo, pues si era su reflejo lo que percibía y lo que veía era una carrera de caballos, el tendría que ser al menos uno de toda esa estampida que se le presentaba entre gotas de agua.

En verano hicimos una excursión al zoo. Yo estaba a su lado cuando pasamos por la zona donde se encontraban las jirafas. El niño, con unos ojos desorbitados y una sonrisa diabólica se dirigió a mí.

- Mira, esa jirafa tienen forma de nube – dijo señalando a una directamente en el hocico.

-Ya, y el sol, de galleta – le contesté

A partir de ese día el niño extraño siempre decía en los días nublados que las jirafas tenían hambre y todas querían comerse la única galleta que había. Al principio lo tomé por loco, yo sólo veía un puñado de nubes amorfas, pero poco a poco me fui cegando o dejando cegar.

1 comentario:

Mario Pina dijo...

"Mira, esa jirafa tienen forma de nube". Preciosa esa frase. Me identifico bastante con el niño. Creo en un sentido romántico de las cosas, en alterar individualmente la realidad fría y racional. Me gusta adjetivar por instinto y decir que una nube es dorada y dulce y que la lluvia es lo único seco en un mundo terriblemente mojado. Creo que esto que pensamos, tú, yo y alguno más, todo lo que escupimos por la mente y luego lo plasmamos en un papel, no es más que el ansia por creernos escritores, en lugar de sabernos locos, locos en un mundo terriblemente cuerdo.